Experiencia en Francia con la Working Holiday
Bárbara nos cuenta cómo fueron sus primeros meses en la visa y como su experiencia en Francia fue cambiando a medida que el coronavirus fue tomando lugar en el mundo entero.
Cuéntanos un poco de ti y de tu vida en Chile antes de la Working Holiday Visa.
Mi nombre es Bárbara, tengo 27 años, soy oriunda de La Ligua, pero justo antes de viajar con la Working Holiday vivía en Viña del Mar y trabajaba como nutricionista técnica. Había conseguido trabajo en una empresa después de haber comprado mi pasaje para aplicar a la visa y, una semana después de entrar, tuve que pedir permiso para ir a la entrevista en la embajada. La verdad es que entré a ese trabajo como un reemplazo por un mes y medio, pero finalmente trabajé hasta 10 días antes de subirme al avión. Me ofrecieron quedarme por más tiempo en la empresa, pero mis ganas de partir a vivir la experiencia en Francia eran mayores.
En Chile tenía una vida bastante normal. Aunque vivía en Viña, siempre iba a visitar a mis padres los fines de semana (a mi padre a Santiago y a mi madre a La Ligua), y trataba de aprovechar al máximo el tiempo con mi familia, más que nada a mis sobrinas que, sinceramente, ahora son a quienes más extraño. Considero que tengo bastantes amigos, algunos más cercanos que otros evidentemente, pero nunca me faltaba el panorama para el fin de semana. Disfrutaba mucho tener amigos en mi casa para compartir unas cervezas, ir a un pub o a bailar, y en las tardes iba a ver a mis abuelos a su casa. Ese era un gran punto de reunión donde llegaban mis tías y mis primos durante las tardes y nos juntábamos a tomar once. Las fiestas siempre se hacían ahí, podíamos juntarnos 25 personas fácilmente, y como era la primera vez que no estaba en La Ligua en navidad y año nuevo, pensé que me iba a costar más estar lejos, pero finalmente no fue nada terrible. Obviamente hubo llamadas a medianoche en ambas celebraciones.
¿Dónde estás realizando la WH y desde hace cuánto tiempo?
Actualmente estoy en viviendo la experiencia en Francia, París, y llegué hace poco más de tres meses. Sinceramente nunca fue mi idea quedarme acá. Yo sólo quería recorrer y conocer París un par de semanas, para luego mudarme a una ciudad más tranquila como Bordeaux o Toulouse, o bien, hacer trabajos de temporada en Los Alpes o Niza. Sin embargo, todo se fue dando para quedarme acá, y no sé si me vaya a vivir fuera de la capital durante el transcurso de la visa, ya que por el momento tengo alojamiento, amigos y un trabajo que me gusta bastante.
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¿Nos puedes contar cómo fueron tus primeras semanas de tu experiencia en Francia?
Mis primeras semanas de mi experiencia en Francia fueron muy entretenidas. Nunca había viajado tan lejos de Chile y menos sola. Llegué a Francia un 11 de diciembre sin conocer a nadie. Estaban todas las casas, mercados y espacios de la ciudad con decoraciones navideñas, todo muy iluminado y con una mística especial, así que aproveché de recorrer y conocer los monumentos más importantes (obviamente siempre cuidando los ahorros).
Los primeros días me quedé en hostales que quedaban cerca del centro, lo que fue muy bueno, porque llegué justo en tiempos de protestas en París. De 14 líneas de metro, solo funcionaban dos, que son las que no tienen chofer (como la 3 y la 6 en Santiago), y los buses pasaban intermitentemente. Era bastante complejo movilizarse, pero yo no lo viví de mala manera hasta que me puse a trabajar. Las primeras semanas también hice amistades chilenas y nos juntamos harto durante esos días. Como habían feriados, siento que en poquitos días nos vimos un montón, incluso cenamos en navidad y año nuevo en la casa de uno de los chicos.
¿Cuál era tu nivel de francés? ¿Hiciste algún curso antes? ¿Lograste aprenderlo y en cuánto tiempo?
¡Nada! Había visto unos cursos en Youtube, pero llegué prácticamente con el “bonjour” y el “merci”. Sin mentirte, mi nivel de francés era muy muy básico. Ahora que ya han pasado tres meses desde que comencé mi experiencia en Francia, tengo un poquito más de vocabulario, y entiendo bastante cuando me hablan, pero estoy lejos de poder entablar una conversación. Había empezado con clases particulares de francés con un chico que no cobraba para nada caro (15 euros la hora). Además, hay cursos gratuitos en las municipalidades que siempre los recomiendan, pero yo a veces trabajo de mañana y otras de tarde, entonces no me quise arriesgar con los horarios, y siento que así también puedo enfocarme en el vocabulario preciso que necesito para desenvolverme. Claramente, estas clases están suspendidas porque actualmente estoy en confinamiento por coronavirus.
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¿Cuáles fueron las razones que te motivaron a viajar a otra parte del mundo, a vivir la experiencia en Francia?
Siempre quise hacer un curso de pastelería francesa. Me encanta la cocina, la repostería más que nada, pero para empezar cualquier estudio acá en Francia, necesitaba tener un nivel decente de francés y nada es mejor que aprenderlo en París. También quería viajar, y como en Chile los sueldos son bajos y tenemos pocas vacaciones, era muy difícil concretarlo. Acá puedo trabajar a full para juntar dinero y al terminar mi visa, quiero recorrer lo que más pueda, porque la oferta de pasajes en París es inmensa y puedes encontrar pasajes económicos a cualquier lugar.
¿Es la primera vez que vives fuera de Chile?
Si, primera vez. Lo más lejos que había vivido de mi familia era a dos horas de distancia.
Cuéntanos tu experiencia en las relaciones personales ¿Cómo fue tu integración, hiciste nuevos amigos?
¡He tenido mucha suerte! Así resumiría mi experiencia acá. Es verdad que he tenido una que otra mala experiencia, siempre han sido cosas súper solucionables. Además, siempre me he sentido contenida y apoyada por mi familia y amigos de Chile y también por los que he conocido acá. Llevaba solo dos días en París y conocí un gran grupo de chilenos, con los que, a nivel emocional, me he sentido muy acompañada (sobre todo en fechas tan familiares para mí como navidad y año nuevo). Si bien siempre te dicen que no te juntes con compatriotas, porque no te va a ayudar con el aprendizaje del idioma, yo siento que sirve mucho conocer las experiencias de los demás y tener una guía de cómo moverte. Siento que me he rodeado de gente muy linda y que están en la misma sintonía que yo.
¿En qué trabajas? Y ¿Cómo han sido tus experiencia en Franca en el plano laboral?
Encontré trabajo la primera semana de enero a través de la página de “Pole Emploi”. El primer trabajo era de 50 horas mensuales cuidando dos bebes de una pareja de franceses. La madre había vivido en México, por lo tanto, hablaba español y eso era ideal para mí. El otro trabajo era en un restaurante de comida típica francesa, donde el chef era mexicano, así que tampoco tenía dificultad por el idioma. Los dos trabajos eran con contrato y no podía tomar ambos, porque me excedía del máximo de horas permitidas. Entonces, elegí el restaurante, porque era horario completo y además el área que a mí me gusta. Sentía que me podía ayudar en mis planes, pero ¡ups!, me despidieron a los 6 días de comenzar. Esa fue mi primera mala elección. En ese restaurante trabajada desde las 10:00 hasta las 15:00 hrs., luego había una ventana hasta las 19:00 y salíamos a las 23:30 hrs. Esos horarios son muy normales en París, pero como yo vivía lejos y había huelga, era un caos llegar a trabajar y más aún, volver a mi casa.
Como llevaba poco tiempo en París, en las ventanas laborales aprovechaba de recorrer al máximo la ciudad. Prácticamente me perdía por las calles y volvía a trabajar al turno de la cena. Se suponía que me iban a enseñar a preparar los postres y las entradas, pero finalmente me dedicaba más que nada a lavar los platos. No me gustó el trabajo, pero ya los ahorros iban bajando y no hablaba francés aún, y como al menos me podía comunicar con el chef, creí que podría aguantar un tiempo hasta encontrar algo mejor. Claramente no iba a estar toda mi visa en ese lugar, pero para comenzar y afirmarme en el país, me servía bastante. Sin embargo, alcancé a trabajar cuatro días, tuve mis dos días libres y me despidieron el siguiente turno.
Ese mismo día me fui donde una amiga chilena que vivía cerca, le conté que estaba sin trabajo mientras tomábamos cafecito acostadas, y me dio el dato de un restaurante argentino en el que siempre recibían gente. En ese momento me cambió el chip y comencé a buscar todos los restaurantes de comida latina en Google Maps. Después comencé visitas con CV en mano, y a los 10 días estaba trabajando en mi actual restaurante. Y ¡es un trabajo mil veces mejor! En este trabajo sí me toca cocinar y tengo turnos de 8:00 a 16:00 hrs. o de 16:00 a 23:30 hrs, más dos días libres. Además, el ambiente es muy bueno, pese a que hay turnos en los que nadie habla español. Tengo un mejor sueldo, una ubicación más central y un contrato de trabajo CDI (indefinido).
Antes de poder cobrar mis cheques o recibir el primer sueldo, cuidé bebes para conseguir efectivo en el momento. Existen un montón de apps para eso: Yoopies es bastante buena. Yo cobraba 10 euros la hora, por lo que, si tienes buena llegada con los niños, es una muy buena opción para tener algo de dinero mientras estás buscando un trabajo estable.
¿Cómo ha sido el tema del alojamiento y la vida cotidiana en esta experiencia en Francia?
En cuanto al alojamiento, yo encontré un departamento a las dos semanas de llegar. Arrendé una pieza a las afueras de París, pero a dos cuadras del metro y caminando, en 20 minutos estoy en la ciudad. Honestamente, siento que la ubicación era perfecta (sin protestas), porque con el metro llegaba en poco tiempo a cualquier parte de París. Viví los efectos de la huelga con el primer trabajo, debía tomar buses que muchas veces no pasaban, y hubo días que me demoré hasta dos horas en volver a mi casa. Cuando terminó la huelga, tenía metro a toda hora y en 35 minutos estaba en el centro de París. Este departamento me lo arrendaron por enero y febrero, porque la dueña se fue a Inglaterra a hacer una pasantía. Solo de vez en cuando, el novio de ella se quedaba en el sillón-cama del living. En París hay mucha gente que vive en el living de las casas, porque es muy caro arrendar y hay poca oferta, así que se aprovechan todos los espacios. Yo tenía la habitación grande y tenía una vista preciosa, y pese a ser un poco caro, feliz me hubiese quedado en ese departamento, porque tenía todo lo que yo necesitaba. Con el chico rara vez nos topábamos, y cuando nos veíamos, teníamos solo conversaciones cordiales, pero no muy profundas, porque él hablaba francés e inglés y yo hablo solo español.
Luego de eso -con una amiga que también estaba viviendo la experiencia en Francia con la Working Holiday-, nos quedamos por un mes en el departamento de un amigo chileno que estaba de vacaciones en Chile. Estaba por el mismo sector que el anterior, y me demoraba cuarenta y cinco minutos a mi trabajo, diez más que en el otro departamento, pero de todas formas era un tiempo bastante prudente para una ciudad tan grande.
Ahí estábamos viviendo cuando empezó la cuarentena, pero debíamos cambiarnos a fines de marzo a un departamento al otro lado de París. Justo coincidió con que unas amigas que volvían a Chile tras terminar su experiencia en Francia, su Working Holiday, había llegado a su fin, nos arrendaron su departamento. Ese es donde me encuentro ahora, también con una ubicación increíble muy cerquita de París. Si bien he pasado por varios departamentos, sólo he buscado una vez, y el resto se han dado súper fácil y rápido gracias a la información de otros viajeros.
Con la cuenta de banco francés hay que tener ojo, porque hay trabajos que no te aceptan cuentas online como N26, Monnesse o Revolut. Eso es de las primeras cosas que debes preguntar. A mí me pasó que en los dos empleos me pedían tener un banco con sede en Francia, y la primera opción que yo recomendaría es CIC Iberbanco, porque en estos bancos se habla francés, español y portugués, así que puedes hacer todas las preguntas sin problemas (como hay CIC normales deben buscar en el mapa con el nombre completo). Te van a pedir contrato de trabajo, visa y comprobante de domicilio; éste último puede ser el contrato de arriendo, una cuenta a tu nombre o una atestación de domicilio. Como yo no tenía ninguno de esos papeles (porque solo he subarrendado sin contrato), una amiga me hizo una atestación, que es algo así como una carta diciendo que vivo con ella, con cuenta a su nombre y su pasaporte. Si no tienes a alguien que te haga la carta, puedes averiguar en las asociaciones que ayudan a los inmigrantes, que según he sabido, también te ayudan para que puedas abrir una cuenta bancaria.
¿Pudiste ahorrar dinero? ¿Cuánto de lo que ganas al mes o semana puedes ahorrar?
En situaciones normales podría ahorrar dinero sin problemas. Según los cálculos que había hecho, podría ahorrar cerca de 500 euros mensuales. Trabajo 39 horas a la semana (lo legal son 35), por lo tanto, estoy ganando más del mínimo. Con los descuentos legales, recibo aproximadamente 1400 euros, pero en este momento está cerrado el restaurante y si sigue así, voy a recibir unos 900 euros mensuales mientras dure el confinamiento. Lo bueno, es que también estoy gastando poco, solo arriendo y comida, por lo que podré ahorrar cerca 300 euros cada mes.
Puedes hacer una pequeña descripción de tu costo de vida (alojamiento, comida, carrete, etc.) Así podemos tener una idea de cuánto puedes gastar y ahorrar por semana o mes.
París es una de las ciudades más caras de Europa, por eso siempre dicen que, si quieres ahorrar, lo ideal es ir a otras ciudades. Sin embargo, siempre se puede buscar la forma de gastar menos, por ejemplo, vivir un poco más alejada del centro y comprar las verduras en la feria (que tienen los rangos de precios de un supermercado barato en Chile). Además, si consigues un trabajo en que te den las comidas, ya vas sumando ahorros.
Para hacer un pequeño resumen del costo de vida en mi experiencia en Francia: de arriendo nosotras pagamos 650 euros por un departamento a las afueras de Paris (€325 cada una), pero durante enero y febrero pagué los mismos €650 por una colocación (pieza en un departamento), lo que es bastante caro. Dentro de París he conocido chicas que llegan a pagar €375 por una habitación compartida cerca de la torre o €650/700 por un estudio, pero para eso hay que tener mucha suerte y estar siempre atenta a los grupos de Facebook.
El alcohol es caro. Un pack de cervezas cuesta entre 5 a 6 euros y una lata de medio cerca de €2. Las entradas a las discos van desde los 8 a 18 euros (solo a veces con cover) y para tomarte una cerveza dentro de un local debes pagar entre 8 a 10 euros, y ya por un trago preparado, entre 10 a 15 euros. Los cigarros también son carísimos: 9 o 10 euros por una cajetilla y un paquete de tabaco ronda los €12.
Por otra parte, un pasaje de bus o metro cuesta cerca de 2 euros, pero existen talonarios de ticket por €16. Pero si compras la tarjeta mensual, pagas 75 euros una sola vez y en la mayoría de los trabajos te pagan la mitad.
Y en cuanto a la ropa… ¡uf! hay de todo. Yo cometí el error de muchos y llené lo que más pude mis maletas, pero ahora que estoy acá, pienso que hay que ser estratégicos de acuerdo a la época en la que llegamos. En mi caso, como llegué en invierno, debería haber traído pocas cosas, pero funcionales. Acá de todas formas te vas a comprar algo y los precios son accesibles. Por ejemplo, puedes encontrar poleras por 5 euros, las zapatillas Nike o Adidas rondan los 50 euros, y yo me compré una chaqueta impermeable marca Zara (reversible y muy abrigada) por 50 euros.
Para profundizar un poco en la contingencia mundial ¿Como ha sido tu experiencia en Francia con las medidas tomadas en el país por el Coronavirus?
Todo lo que les he contado anteriormente, ha cambiado bastante con el coronavirus. Cuando comenzaron los casos en Francia yo no le tomé el peso, y como gran parte de nosotros, compartía memes y bromeaba sobre el virus. Nunca me imaginé que podría suceder algo así. Algunas de mis amigas/os comenzaron a quedar sin trabajo, se comenzó a pedir que las personas mantuvieran la distancia en los empleos, evitar el saludo con contacto físico. Ya se veía que en el restaurante iba menos gente a cenar por las noches, pero aumentaban los pedidos a las casas por las aplicaciones de delivery. De a poquito se fue sintiendo más real la pandemia.
Llevaba poco más de un mes y medio trabajando en el local cuando se decretó confinamiento total en Francia. Yo normalmente comía en el restaurante, así que solo compraba cosas básicas en el supermercado como café, yogurt, cereales, frutas, etc. No tenía la necesidad de tener una despensa surtida, así que el primer día tuve que ir a abastecerme y me encontré con la sorpresa que se habían agotado muchos productos. La segunda vez que fui a comprar, ya había más normalidad y pude encontrar todo lo que andaba buscando. Sólo hemos salidos al supermercado un par de veces y cuando nos cambiamos de casa pedimos un Uber. Preferimos pagar un poco más para no exponernos. Y por suerte se notaba que el dueño tomaba las precauciones necesarias, andaba con guantes y mascarilla, tenía las manillas limpias y el auto completo olía a desinfección.
El día 14 de marzo me comunicaron que el restaurante estaría cerrado hasta el 15 de abril, pero que se acogerían al chômage, que en el fondo significa que el restaurante cierra, pero el estado se hace cargo de nuestros sueldos, para proteger a las empresas. Me informaron que recibiría el 70% de mi sueldo, lo que veré reflejado el próximo mes. En este momento sólo estoy gastando en arriendo y comida, así que por lo menos me alcanza bien. Mis jefes en el restaurante han sido súper preocupados, con decirte que, si envían la información en francés al grupo de Whatsapp, a mí me la mandan en español por interno, porque soy la única que no habla el idioma. Esos son pequeños detalles me hacen sentir súper segura.
Se cerraron todos los locales comerciales no esenciales, pero las panaderías, supermercados, almacenes, farmacias y tabaquerías aún permanecen abiertos. La última vez que fui al supermercado me encontré con un mercado de verduras de camino, por lo que no hemos tenido problemas de abastecimiento.
Cuando salgo al supermercado conservó la distancia con el resto las personas, una norma bastante fácil de cumplir en el sector que vivo, porque la gente es respetuosa. La ropa con la que salgo va directo al lavado y desinfecto las llaves, el celular y todos los productos antes de guardarlos en la despensa o refrigerador. Acá al menos, para poder salir, debes llenar un documento que envió el gobierno para explicar los motivos de la salida, la fecha y la hora. Todo es bastante organizado.
Durante el tiempo que llevo de confinamiento, he tratado de descansar. Le he sacado el jugo a Netflix viendo series y películas. Eso sí, trato de verlas en francés para no perder la costumbre y de paso practicar. Además, he tratado de estudiar francés con material que encuentro en internet y videos de Youtube, pero me he sentido un poquito desconcentrada en este ámbito. Claramente las clases particulares las suspendimos, porque no es necesario exponerse y exponer a mi profesor. Eso es algo que puede esperar.
He cocinado casi a diario, porque es una de las cosas que me relaja. Tratamos de que sea lo más normal, natural y variado posible, y evidentemente nos damos gustos de vez en cuando, como un vino o unas cervezas mientras jugamos cartas o conversamos. Eso es algo que nos ha venido muy bien. De vez en cuando, hago aseo, ordeno, me hago mascarillas para la cara, leo, pero depende de cómo me sienta en el momento. Algo muy importante es llevar esto sin exigencias. No tengo por qué salir hablando francés fluido en estas semanas. Creo que la angustia ya es grande como para además presionarnos por lo que deberíamos estar haciendo.
Extraño bastante el trabajo, porque siento que estaba en un estado de aprendizaje constante en todo ámbito: Por un lado, estaba aprendiendo a cocinar distintas preparaciones, con nuevos ingredientes y sabores, también a manejarme por la ciudad, a orientarme sin la necesidad de ver el mapa en todo momento, a conocer más allá de los típicos lugares de París, y, por último, ya le estaba tomando el ritmo al idioma.
Realmente, en ningún momento he pensado volver a Chile antes del año, porque siento que estoy bien acá, estable y segura económicamente. Además, me queda mucho tiempo de visa aún. Sin embargo, si las circunstancias cambiaran en un tiempo, tendría que pensarlo y no cerrarme a ninguna posibilidad. Creo que he tenido mucha suerte en cómo se han dado las cosas para mi cuarentena y he aprovechado de comunicarme bastante con mi familia y amigos en Chile, por lo que igual me he sentido contenida ¡gracias video-llamadas!
¿Cual fueron o son tus mejores recuerdos en tu experiencia en Francia?
Creo que, en el poco tiempo que llevo, lo más valorable ha sido la gente con la que me he encontrado y la capacidad para enfrentarnos a cualquier situación. Hemos sabido conocernos y adaptarnos. Además, algo casi obvio, lo linda que es la ciudad, pero de eso, me queda mucho aún por descubrir…
¿Cuáles son tus proyectos de vida ahora? ¿Y cómo la Working Holiday Visa cambio tu vida?
Como dije antes, quiero estudiar algo de pastelería en Francia. Me gustaría encontrar un curso durante mi Working Holiday, pero eso lo averiguaré cuando pase el confinamiento. Por ahora tengo entendido que las municipalidades ofrecen buenos cursos.
Y más a largo plazo, me gustaría aprovechar los años que me quedan para hacer otras WH en otros países antes de volver a Chile. Estoy recién partiendo esta aventura y no sé qué pueda pasar en este tiempo. Siento que he hecho tantas cosas en solo tres meses, he cambiado un montón mis planes, y prefiero no tener una idea muy estructurada ¡Me quedan poco más de 8 meses de aventura aún!
¿Qué consejos podrás dar a los próximos viajeros?
¡Atrévanse! Averigüen lo más posible del lugar donde van (las regiones, los climas, las características de las principales ciudades, y qué tipo de trabajos pueden encontrar, etc.). Estudien el idioma, ya que todo se les va a hacer más fácil. Si bien se puede llegar sin nada de francés e inglés -como lo hice yo-, pero siempre es mejor si llegan con algo avanzado. En Francia también sirve el inglés, aunque muchas veces te digan que no. Cuando yo comencé a repartir mis currículum, me preguntaban mucho si hablaba inglés, así que sí es una opción.
Además, les aconsejo que no vengan con planes demasiado rígidos, siempre dejen espacio para la aventura y rodéense de gente que les sume, hagan una buena red de apoyo. Respecto a la maleta, no se esfuercen por traer todo el closet, sólo traigan ropa y zapatos cómodos, y si pueden, un pequeño botiquín con lo básico. El resto siempre se puede encontrar acá. Y, por último, es importante dejar todo resuelto en Chile, o tal como lo hice yo, dejar a alguien de confianza, un poder amplio notarial por si en algún momento necesitan realizar algún trámite por mí.
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