Mi experiencia al vivir en Francia con la Working Holiday
¡Hola a todos! Mi nombre es Liliana, tengo 30 años, soy oriunda de un pueblito cordillerano del sur de Chile llamado El Carmen. Soy fotógrafa profesional y antes de viajar con la Working Holiday llevaba once años viviendo en Santiago, donde -al igual que muchos en esta profesión-, trabajaba como freelance.
Siempre tuve la curiosidad de vivir fuera de Chile y recorrer el mundo, y en parte por eso, estudié una profesión que me diera cierta libertad y me permitiera hacerlo. Lamentablemente, por tiempo, oportunidades o simplemente cosas de la vida, no lo había podido concretar.
Fue en el año 2018 que se juntaron los astros y de un momento a otro, sin pensarlo dos veces, me decidí: ¡me voy de viaje! Además, en ese momento de mi vida, ya tenía demasiada información sobre la visa Working Holiday en mi cabeza. Sin pensarlo dos veces, pedí la cita en la embajada de Francia, vendí todas mis pertenencias (hasta la última cuchara que tenía en mi departamento), y 3 meses después, ya estaba viajando a Paris. Así comienza mi experiencia Working Holiday en Francia…
Llegue a vivir en Francia muy desorientada y con una mochila enorme. Me sentía muy insegura. Mi francés era nulo y mi inglés no era mucho mejor, pero al menos logré el primer paso y llegué sana y salva a mi hostel. La primera semana estuve en Paris como turista, visitando cuanta cosa se me ponía por delante. Soy amante del arte y su historia, así que básicamente lloraba de la emoción por cada rincón parisino. Hice un par de amigos a través de couchsurfing (esta aplicación me salvó más de una vez). Ellos hicieron que mi llegada fuera mucho más amable y me explicaron el funcionamiento de muchos servicios franceses.
Luego de una semana turisteando, emprendí el viaje a la ciudad que había escogido como destino final: Lyon, la tercera ciudad más grande de Francia, ubicada en el centro del país. Al igual que la mayoría de los que viajamos con la Working Holiday, al llegar no tenía trabajo, no tenía alojamiento, no tenía prácticamente nada. Me quedé una semana en un hostal mientras buscaba donde vivir y encontré un par de colocs (arriendos en departamentos de otras personas). Fue en una de mis estadías con la aplicación chouchsurfing que conocí a Khriscia, una colombiana que fue mi ángel de la guarda y me salvó en todos los sentidos: trámites, buscar alojamiento, buscar trabajo, amistad, etc. Hasta el día de hoy seguimos siendo partners.
Siempre dicen que los franceses son desagradables, pero yo puedo decir que jamás tuve una mala experiencia. Por el contrario, todos fueron muy amables y trataron de ayudarme en la medida de lo posible. Es muy importante ser amable con ellos y su cultura. El primer tiempo en Francia me aprendí las oraciones de batalla que me ayudaron enormemente: buenos días, buenas tardes, buenas noches, disculpe no hablo francés, ¿usted habla inglés o español?, necesito ayuda, muchas gracias, ¡que tenga un buen día! Creo que saber lo básico de francés, de inmediato hace que te miren con otros ojos.
Tuve la suerte de conocer mucha gente en el camino, sin embargo, de todas las amistades que hice, muy pocas eran de Francia. La mayoría eran sudamericanos, españoles, portugueses, y africanos. El francés es amable, pero un poco cerrado. Puedes pasar mucho tiempo con ellos, disfrutar buenos momentos, pero es difícil que te consideren como su amigo. No como el sudamericano, que después de dos cervezas somos todos familia.
En mi estancia en París no trabajé, solo gasté dinero visitando mil partes, tampoco derrochando, si no que ahorrando. No subí a la torre Eiffel, ni tomé barcos por el río Sena, si no que caminé cual vía crucis, comí sándwiches en los parques, rellene mi botella de agua donde podía y cociné lo que más pude en el hostal.
En Lyon fue extremadamente difícil encontrar trabajo. Es una ciudad hermosa, me enamoré de ella, pero no fue amable en el tema laboral. Es una ciudad universitaria y los estudiantes consiguen casi todos los trabajos. Estuve un poco más de dos meses allá, y recién después de un mes y medio, logré encontrar un trabajo limpiando 2 departamentos de Airbnb. Me pagaban 30 euros por departamento, lo que me tomaba 3 horas aproximadamente, e iba tres o cuatro veces a la semana. Con ese trabajo no lograba ahorrar nada, pero sí pagaba el costo de la vida (al menos durante el último mes). Después de eso, conseguí trabajo en la ciudad de Samoens, en los Alpes Franceses. Era un hotel familiar donde oficialmente era la lavaplatos, pero también me tocaba ser jardinera, mucama y recepcionista. En el hotel todos hacíamos de todo.
Debo confesar que, en noviembre, justo antes de conseguir este trabajo en el hotel, tuve una crisis existencial. Mi nuevo trabajo en los Alpes comenzaba el 15 de diciembre, y debía irme inmediatamente del departamento donde estaba viviendo hasta ese momento. Estaba histérica. No sabía que hacer ese mes y tanto que faltaba. ¿La solución? Decidí irme de viaje hasta que mi nuevo trabajo en los Alpes comenzará. Con 1 millón de pesos (o quizás menos) que me quedaban de ahorros, me compré un pasaje a Tailandia y comencé a recorrer el sudeste en modo “rata”. Allá es todo tan barato, que me sentía una millonaria. Para ahorrar lo más posible almorzaba por un dólar, me alojaba en hostales por tres o cuatro dólares como máximo, y fue así que pasé los cuarenta y cinco días en Asia. Alcancé a visitar Tailandia, Malasia, Camboya y Vietnam.
De vuelta en Francia, volví directo y, literalmente con lo puesto, a mi nuevo trabajo en los Alpes. ¡Me quedaban solo treinta lucas en la cuenta! ¿Lo bueno? Mi nuevo trabajo era con alojamiento y comida, así que, por fin, estaba muy despreocupada.
¿Hablemos de dinero?
De seguro es algo que a todos nos interesa, y nos preocupa si vamos a vivir en Francia. Por eso, y para que se hagan una idea, intentaré resumir mis gastos en las dos ciudades que estuve.
Lyon: El coste de la vida en Francia es muy alto. Lyon es la segunda ciudad más cara en Francia después de Paris. Los arriendos están entre 250 a 450 euros por mes (sólo una habitación). En todos hacen entrevistas a sus nuevos arrendatarios y ellos eligen a quien arrendar. Si no hablas francés o inglés, es bastante difícil quedar seleccionada, ya que la vida en comunidad dentro del departamento es muy valorada por ellos y si no pueden conversar contigo, no te van a elegir (a menos que consigas un departamento con otros Working Holidays).
En mi caso, pagué 350 euros por el primer arriendo y 250 euros en la otra habitación. Ésta última, la conseguí por un amigo que vivía con mi amiga colombiana (ya les conté de ella), quien me sub arrendó su habitación mientras el se fue a París a una capacitación.
En comida, el primer mes gasté como 150 euros yo sola, pero ya el segundo mes gasté 70 euros. Como estaba con mi nueva amiga, comprábamos a medias y era mucho más barato comprar porciones familiares y no perderlas. ¡Y no les voy a mentir! Gastaba su resto en chelas, pero igual trataba de estrujar los happy hours donde la cerveza costaba 5 euros. A la semana fácilmente me gastaba 20 euros en cervezas.
La ciudad es muy amigable, puedes caminar para todos lados, así que gastaba muy poco en locomoción. Nunca saqué la tarjeta de transporte (tipo bip), y cuando tenía que usar el bus, compraba un solo boleto a 1,8 euros (algo así como 1600 pesos).
Los Alpes: Cuando me fui a los Alpes tenía comida y alojamiento, así que al mes me gastaba alrededor de 200 euros entre el supermercado y yendo a esquiar. En el hotel mi sueldo era de 1.150 euros, por lo que lograba ahorrar entre 900 y 1.000 euros por mes. Trabajé 4 meses durante la temporada de invierno, así que sumando horas extras y prima por fin de contrato, logré ahorrar cómo 4.500 euros aproximadamente. Cuando se terminó mi trabajo, me fui de vacaciones a Suiza, España, Portugal y Marruecos por 30 días. Gaste unos 1.200 euros con pasajes incluidos. ¡Nada mal para un mes de vacaciones!
Lamentablemente mi aventura de vivir en Francia, mi viaje, terminaron ahí. Mi mamá enfermó gravemente y tuve que volver a Chile muy rápido.
Al final llegué de vuelta a mi país con 3.000 euros en el bolsillo. Básicamente es lo que puede ahorrar en mi trabajo en los Alpes. En el mismo hotel que trabajé, me habían ofrecido volver a trabajar con ellos por el verano, pero lamentablemente por lo ocurrido no lo pude aceptar. Sin duda hubiera podido ahorrar otros 3000 euros.
¿Cómo conseguí el trabajo en los Alpes?
Llegué a este trabajo a través de unos amigos en Francia (medio “apitutada” como decimos nosotros). Tuve la suerte de que me lo recomendaron. De todas maneras, antes de comenzar mi viaje, había hecho una lista gigante de hoteles y ciudades en los Alpes para enviar curriculum. Por suerte no lo tuve que usar, pero se la envié a otra chilena que conocí en Lyon y ella consiguió trabajo rápidamente gracias a eso.
En resumen…
Estuve viviendo en Francia con la Working Holiday por 9 meses, de los cuales trabajé 4.5 meses, 2 meses desempleada y 2.5 meses viajando por diferentes países. Partí mi aventura solo con los 2500 euros que exigían para sacar la visa, no más que eso ¡y sí se puede!
Francia es un país hermoso, hay demasiado que ver y lo mejor, es que es muy fácil llegar a todos lados desde ahí. Sin duda volvería feliz, conocí mucha gente que me ayudó de diferentes formas, aprendí francés, snowboard, viajé a 8 países (además de Francia) por 3 continentes.
Ahora en Chile seguimos batallando con la enfermedad de mi mamá, así que me es difícil pensar en emigrar nuevamente. Sin embargo, estoy estudiando chino con la esperanza de volver a tener una oportunidad de viajar por el mundo. Actualmente hago clases de fotografía en universidades y colegios de Chillán, para poder estar cerca de mi familia.
Y como consejo personal, les puedo decir que no tengan miedo a lo desconocido. Si tienen la oportunidad, tómenla sin pensarlo tanto. Yo ya tengo 30 años y me arrepiento mucho de no haberme arriesgado antes. El idioma se aprende a la fuerza y el trabajo se consigue igual. ¡Actitud siempre positiva y hagan muchos amigos! Couchsurfing es ideal para eso.
No eviten las cervezas y la vida social, sin querer conocerás gente y se crearán lazos que te pueden salvar más adelante.
Espero les sirva mi experiencia, y ¡atrévanse y láncense al mundo!
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